El hustle mata tu sueño (y con eso tu Alto Rendimiento)

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Hubo una época en que creía que alto rendimiento significaba ir más rápido que los demás. Que si yo trabajaba dos horas extra, era como sumar metros en una carrera invisible donde los corredores no descansaban nunca.


Spoiler alert: sí, me estrellé contra esa pared. Escribo este artículo justamente por si puedo servirte de amortiguación a vos.

Y lo irónico es que, marketeando almohadas con TheraMart, siempre hablamos de cómo dormir mejor. De las posturas, de la firmeza adecuada, de cuál es el modelo ideal para un cuello cansado. Pero nunca me había detenido a mirar lo más obvio: mi mayor problema con el sueño no empieza en la cama. Empieza mucho antes.

El hustle y la mentira del “más es más”

El famoso hustle culture nos vendió un mito: que dormir poco es un signo de disciplina. Mi abuelo decía «ya voy a tener tiempo de dormir cuando me muera». Suena mórbido, pero lo recuerdo 100%. También muchas veces pienso si no nos habría acompañado más tiempo de haber pensado diferente respecto de esto.

Y si bien nadie lo dice con tanto dramatismo en un meeting laboral, muchos lo transmiten de la forma más importante, dando el ejemplo: e-mails a la 1 am, mensajes de WhatsApp con urgencias o ideas los domingos y en definitiva, muchas señales de la incapacidad de apagar la cabeza y desconectarla del trabajo.

El problema no es solo físico o de hábitos: es cultural. El hustle nos hizo creer que alto rendimiento = estar 24/7 disponibles. Y la paradoja es que el verdadero alto rendimiento se sostiene en algo mucho más básico: respetar tu descanso como si fuese lo más importante en tu vida (y en gran parte, creo que lo es si querés tener alto rendimiento).

Dormir no es un lujo, es parte de tu sistema operativo

Matthew Walker, en su libro Por qué dormimos?, lo dice con crudeza:

“Dormir no es opcional. Es la base sobre la cual se asienta todo lo demás de nuestra biología”.

Cuando lo leí, me cayó como baldazo de agua fría.

Yo misma lo recomendé en workshops a colaboradores que estaban atravesando insomnio o bajo rendimiento. No para que se convirtieran en expertos en neurociencia, sino para que entendieran esto que de tan básico, lo hemos desaprendido: sin sueño, tu cerebro funciona en modo ahorro de energía.
Y no importa cuántos cafés o litros de mate te tomes, ni cuánta música motivacional te pongas de fondo: tu rendimiento baja, tu humor se deteriora y tus decisiones se vuelven más torpes.

Lo que nadie cuenta: el insomnio es más que un tema de salud mental

Una de las cosas que me alegra de nuestra época es que se empezó a visibilizar el insomnio como parte de la conversación sobre salud y ánimo.
Durante años fue un tabú: si decías que no dormías, quedabas como débil, ansioso, incluso poco confiable. Hoy, por suerte, entendemos que dormir mal no es un problema de carácter, es un problema de salud.

Y ojo, no te hablo solo de diagnósticos médicos. Hablo de tu vida diaria: la irritabilidad que te hace contestarle mal a un compañero, la falta de paciencia con tu pareja, ese loop de pensamientos que no te deja bajar una idea porque seguís revisando pendientes de trabajo a las 23 hs (que de todas formas, no vas a resolver en ese momento).

El impacto en la creatividad (y en tu equipo)

Dormir no solo es descansar y reparar el cuerpo, sino que también es el momento en que conectamos puntos.
La fase REM del sueño está diseñada para que procesemos información, integremos aprendizajes y demos esos saltos creativos que de otra forma NO aparecen.

Por eso es tan peligroso romantizar el hustle: porque creemos que estamos rindiendo más, cuando en realidad estamos matando la fuente de nuestra creatividad. Incluso, a largo plazo, generando problemas de salud que se generan debido a la desregulación de nuestro sistema nervioso estresado por falta de sueño.
Y el efecto rebote es fuerte: un líder que duerme mal llega irritable a las reuniones. Irrita a su equipo. El humor se contagia. El rendimiento baja. Los errores ocurren. Malas decisiones se toman sin mucha reflexión. Y de pronto, un problemita de sueño personal se convierte en un problema para tu empresa.

Mi experiencia, además de usar las mejores almohadas 😁

Volviendo a TheraMart: vendíamos almohadas para cada postura y cada necesidad. Pero descubrí en carne propia que el insomnio no se resolvía con memory foam – aunque sí mi dolor de cuello -.
Podés tener la mejor almohada del mundo, pero si tu cabeza sigue procesando e-mails pendientes, OKR’s o la discusión que tuviste en el día, no hay ergonomía que te salve.

Ahí entendí que necesitábamos hablar no solo del cómo dormir bien, sino del cómo preparar la mente para dormir bien.

Ritualizar el descanso empieza antes de acostarte

El descanso empieza en el momento en que decidís que comienza a cerrar el día.
Y no, no se trata de poner el celular en modo avión cinco minutos antes de dormir. Se trata de construir rituales de transición.

Acá algunos que probé en mi vida y que también compartí con gente de mi equipo:

  1. Corte digital progresivo. No esperes llegar a la cama para apagar pantallas. Marcá una hora “tope” donde se termina el scroll infinito. Esto se llama también «atardecer digital» («digital sunset»). En mi caso, comienza a las 21 hs si pretendo dormirme entre 23 – 23.30.
  2. Anotar los pendientes. La mente odia lo inconcluso. Escribir en un anotador las tareas del día siguiente le dice a tu cerebro: “tranqui, está registrado, podés soltarlo”.
  3. Lectura o escritura ligera. No un tratado de economía, sino algo narrativo, inspirador o creativo. Leer (o escribir) baja la intensidad y permite un aterrizaje suave al sueño. OJO, no lo hagas con pantallas iluminadas. E-readers antiguos sin luz o libros «de carne y hueso».
  4. Mini-meditación. No hace falta ser monje tibetano. 5′ minutos de respiración conscientecon una app gratuita como Insight Timer pueden resetear tu sistema nervioso.
  5. Creatividad como puente. Hacer un boceto, cantar, tocar un instrumento o incluso cocinar: cualquier actividad creativa que desvíe tu atención del “modo trabajo” hacia el “modo creativo” ayuda a relajar.
  6. Humor y vínculos. Dormir mejor también pasa por reír. Una charla relajada con un ser querido puede ser más calmante que cualquier té de tilo.
  7. Podcast para dormirse. Si no te ha funcionado nada a la hora de llegar a la posición horizontal, este podcast del argentino Sebastian Correa Palacios en Spotify me ha salvado más de una vez. Especialmente útil en los días en que hay mucho ruido mental o en que nuestra mente empieza a negociar con nosotros el volver a levantarnos.

El descanso como “no negociable”

En un mundo donde todo es “negociable” —plazos, horarios, tareas—, creo que el sueño tiene que convertirse en lo contrario: en el no negociable más importante.

Porque dormir no es perder tiempo. Es invertirlo.
Invertir en tu cerebro, en tu cuerpo, en tu capacidad de crear e innovar y en tu forma de relacionarte.

Así abro esta categoría del blog trayéndola como parte del alto rendimiento para quienes nos inspira dar lo mejor de nosotros. Es tiempo de que el alto rendimiento pase a ser conversación habitual más allá del ámbito deportivo, sobre todo en una era en la que grandes íconos culturales están promoviendo jornadas laborales para nada saludables.

El alto rendimiento tiene que ser una conversación pertinente para marketers, líderes, diseñadores, médicos, docentes. Para cualquiera que necesite LUCIDEZ, CREATIVIDAD y EMPATÍA en su profesión, en todos los casos, la base es la misma: dormir bien.

Es tiempo de redefinir “alto rendimiento”

Quizás sea hora de actualizar la definición:

  • No es responder en slack a las 2 am.
  • No es jactarse de haber dormir solo 4 horas o trabajado hasta la madrugada.
  • No es vivir en alerta permanente.

Alto rendimiento es poder descansar profundamente, despertar con claridad y llevar esa energía a tu equipo y a tu vida.

Así que la próxima vez que alguien te diga que “dormir es para débiles”, regalale una almohada TheraMart y un consejo: podés desbloquear tu verdadero poder cerrando los ojos y dejando que tu cuerpo haga lo suyo.

Porque, al final, dormir bien no interrumpe tu alto rendimiento: lo sostiene.

💭 Ahora te pregunto a vos: ¿Probaste algún ritual o hábito que te haya ayudado a dormir mejor o más rápido? Contame en los comentarios para seguir mejorando juntos en este gran hábito.

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