Hosting para marketers: cuando la poesía se encuentra con el servidor
«Caminante, no hay camino, se hace camino al andar».
— Antonio Machado
Mi camino con los alojamientos web comenzó hace más de una década, entre líneas de código que no entendía y servidores que se caían como castillitos de cartas. Pero hoy, tras migrar innumerables veces, puedo decir que encontré un lugar en el mundo digital donde la simplicidad y el soporte humano hacen magia 🪄 .
El principio (o de cómo HostPapa fue mi primer amor… y mi primer desastre)
Corría el año 2013. Yo, una marketera con sueños de tener su propio blog, compré mi primer dominio y lo alojé en el hosting «HostPapa«. La promesa era clara: «Fácil, rápido y para principiantes». Y sí, funcionó… hasta que quise hacer algo más que publicar posts.
- Lo bueno: Precios bajos, interfaz «amigable» (para 2013).
- Lo malo: Soporte técnico lento, actualizaciones que rompían plugins y escalabilidad nula.
Pero fue mi primer hosting y como al primer amor, lo perdoné aunque se haya caído en campaña con mi mejor cliente del momento. Mil errores, uno tras otro, imposibilidad de solucionarlos y terminar RE-HACIENDO la web de mi cliente en una madrugada, con solo una versión de meses atrás en un hosting nuevo (pagado por mí), procurando que ni se entere y rezando para que los DNS se actualizaran rápido.
La agencia, el white-label y el infierno del backend
En 2017, trabajaba en una agencia de diseño web y ya con más experiencia (también más ayuda), mi socio por aquel momento y yo tuvimos la idea brillante de tener nuestro propio servicio de Hosting (un Reseller de InMotion propio) para alojar a todos nuestros clientes, en vez de comprar cuentas separadas para cada uno. «¡Vamos a ahorrar, a tener el control total y además después de entregarles la web, un ingreso fijo de eso – además de que nos haría quedar como unos super pro!» 😁.
Error.
ÉPICO.
Resultó que administrar un hosting es más o menos como intentar domar un dragón sin espada. Yo, marketera newbie, me la pasaba horas resolviendo:
- Caídas de sitios
- Mensajes de clientes en cualquier día / hora por el downtime alto
- Facturas de servidores que subían más rápido que el Bitcoin
- Y encima de todo: ¡ser cobranza!
Así aprendí que un buen hosting no es solo un lugar para almacenar archivos web o que funcione rápido y ya: es tener un equipo que te salve cuando todo se quema, cuando un virus publica miles de páginas spam en el sitio de tu cliente o cuando un SSL se encapricha para complicarte la vida.
Namecheap y cómo el soporte técnico me devolvió la fe
Un día, frustrada hasta el alma, migré un sitio de prueba a Namecheap. Y acá viene el plot twist:
Customer service: los héroes sin capa
En Namecheap, el soporte técnico responde en minutos (sí, cronometré) y EN VIVO. No son bots. Son humanos (geniales) que:
- Te explican cómo instalar un SSL como si fuera una receta de cocina simple.
- Te ayudan a migrar sitios gratis si te trabás.
- Te restauran la web si te mandaste una 💩.
- Jamás te juzgan por preguntar cosas básicas.
- Te guían o lo resuelven directamente.
«¿Y si necesito ayuda a las 3 AM?». Probé. Contestaron. Están las 24 hs.
Precios que no esconden sorpresas
HostPapa te enamora con promociones, pero al renovar, los precios suben un 300%. Namecheap, en cambio, ofrece:
- Dominios desde $4.98 /año (con WHOIS gratis, algo raro en la industria).
- Hosting compartido desde $1.98/mes el primer año.
- Sin letras chiquitas.
Para los que odian el backend: cPanel muy intuitivo
Para usar Namecheap no tenés que ser un ninja del código. Con el panel cPanel simplificado:
- Instalás WordPress en 1 clic.
- Gestionás e-mails profesionales gratis, sin vueltas.
- Tenés estadísticas y plugins claros, no jeroglíficos técnicos.
3 Razones por las que pienso que Namecheap es el mejor hosting para marketers
1: Velocidad que enamora (y mejora tu SEO)
Según Google, un sitio que tarda +3 segundos en cargar pierde el 53% de los visitantes. Con Namecheap, mis sitios cargan en 1.2 segundos en promedio (gracias a servidores LiteSpeed y caché integrada).
2: Seguridad que no da sustos
En HostPapa, un cliente sufrió un hackeo y tardamos 2 días en recuperar el sitio. En Namecheap:
- Certificados SSL gratis (Let’s Encrypt).
- Protección contra DDoS incluida.
- Copias de seguridad automáticas.
3: Escalabilidad sin dramas
¿Tu sitio creció de 100 a 10k visitas/mes? Namecheap tiene también planes VPS y dedicados sin migraciones traumáticas. Yo alojo hace añares mis sitios y dominios ahí, también tenemos otros 3 en Shopify (pero esa es otra historia que tengo que contarles).
Escribí tu propia odisea (sin cíclopes técnicos)
«Lo esencial es invisible a los ojos», decía St Exupery en El Principito. Y en hosting, lo esencial es la paz mental. Namecheap no es perfecto (ojalá tuviera integración con Shopify), pero como marketera, me dio algo invaluable: tiempo para crear, que surgió del tiempo que ya no paso apagando incendios.
¿Recomiendo Namecheap? Sí, pero no como vendedora, sino como alguien que perdió horas de vida lidiando con servidores. Si buscás un hosting para no programadores, donde el soporte técnico te ayude realmente, rápido, y los precios no sean una sorpresa, probalo.
Con esto no quiero enterrar a las otras marcas mencionadas, solo estoy contando mi experiencia personal desde el tipo de usuaria que fui yo de los mismos.
Y si te va el DIY extremo, siempre estará InMotion esperándote. Si hablamos de poco tiempo para administrar + Ecommerces, los laureles los tiene Shopify, pero se merece su propio artículo. Y eso, querido caminante, es otro camino.
¿Y vos? ¿Qué hosting usás en tus proyectos o tu empresa? Espero te haya divertido esta odisea 🖤