Cómo (y por qué) desarrollar autonomía real en tu equipo cambia el juego

empleados autonomos

Cuando estudié didáctica e hice mis prácticas en la escuela secundaria, veía bastante seguido que las tareas del manual quedaban sin hacer. Y aclaro, en escuela de adultos, porque no era falta de interés de adolescentes, era una real elección de no hacer, procrastinación premeditada.

No tardé mucho en detectar por qué y tenía que ver con que las consignas no eran para nada claras, a la vez que: eran demasiado difíciles o, por el contrario, demasiado obvias. Esa experiencia siempre me quedó grabada. Por un breve período creí que tenía futuro metiéndome en didáctica a causa de esto, pero luego el viento llevó esas hojitas a acumularse en otro rincón y entendí por qué necesitaba ese aprendizaje.

Lo necesitaba para invitarte ahora, en este preciso instante, a que te detengas por un instante a pensar lo siguiente: si hasta un adulto que viene con toda la intención de aprender se frustra con consignas confusas, ¿por qué esperarías como líder que en tu equipo de trabajo alguien se sienta motivado para entregar a tiempo si les pides tareas poco claras o tontas?

Si respondiste «porque les pago», no sigas leyendo el artículo…

Si entendés, al igual que yo, que la claridad es el punto de partida y la autonomía, el motor, te cuento mi experiencia.


Lo que aprendí

Dar autonomía real es muy difícil. Te expone. Te obliga a soltar el control, a confiar, a aceptar que el camino puede no ser el tuyo. Pero vale mucho la pena. Cuando ves que las cosas salen mejor y más rápido de lo que imaginabas, la sensación de orgullo es enorme. Porque en definitiva, ¿querés resolver problemas? ¿Vender más? ¿Tener más tráfico?… ¿O querés que haya unas personas que aleatoriamente hagan cosas que se te ocurren – a tu manera?

Todavía me asombra el resultado de algunas campañas y lanzamientos de producto que definió mi equipo solo con insights u orientación de mi parte. En la mayoría de los casos, estoy convencida de que, si yo me hubiera metido a decidir cada detalle, no habrían salido como salieron. Porque la autonomía libera lo mejor de cada persona. Lo compruebo cada vez que lo hacen absolutamente diferente a lo que me había imaginado.

En Grupo Thera, los squads tienen libertad para elegir cómo hacer las cosas, qué herramientas usar y con qué compañero se sienten más cómodos para trabajarlo. Además, cada uno cuenta con un career allowance, un presupuesto anual para estudiar, formarse y crecer. Así en nuestros workshops de coaching mensuales, definimos juntos qué competencias nuevas quieren desarrollar y cómo las van a aplicar en los proyectos reales que se vienen.

Eso sí: autonomía sin transparencia NO EXISTE. Para que funcione, es clave que todos entiendan el impacto de lo que hacen y para qué lo hacen. No hablo de métricas raras que nadie entiende, sino de indicadores simples y claros: ¿qué problema resolvimos? ¿cómo le mejoramos la vida al cliente o al usuario? ¿cómo se traduce esto en resultados reales para la empresa?


La neurociencia detrás de la autonomía

Quienes me conocen un poquito, ya saben que me gusta filosofar, entonces la pregunta es: ¿Por qué la autonomía es tan poderosa? Además de las pruebas empíricas por haberlo experimentado, en la teoría, la autonomía «funciona» porque responde a una necesidad psicológica básica. La Teoría de la Autodeterminación (Deci, Ryan, allí por los años 70s) habla de tres pilares:

  • Autonomía: sentir que tenemos control sobre lo que hacemos.
  • Competencia: creer que podemos hacerlo bien.
  • Relación: sentirnos conectados con otros.

Cuando estas 3 necesidades se satisfacen, el cerebro activa dopamina, el neurotransmisor de la motivación y el aprendizaje. Eso explica por qué un colaborador que tiene autonomía estará más comprometido y dispuesto a buscar las mejores soluciones creativas.

Además, la autonomía reduce también el cortisol (hormona del estrés) y aumenta la oxitocina, que fortalece la confianza dentro del equipo.

La ciencia lo confirma: los equipos con alta autonomía muestran hasta un 40% de mejora en su rendimiento general (Psico Smart). No se trata solo de implementar «cosas modernas» por lo novedoso o de «ser bueno» por preocuparse por el bienestar emocional de la gente: es productividad, innovación y resiliencia. Una forma de que todos ganemos.


Qué pasa cuando falta autonomía

Lo contrario también es cierto. Cuando la autonomía no existe, la motivación cae. El micromanagement activa circuitos cerebrales de estrés y amenaza, lo que genera parálisis, desconfianza y desmotivación.

En entornos híbridos o remotos esto (comento esto porque en GT somos 100% remote) es todavía más evidente.

Un estudio de 2025 reveló que el 75% de los trabajadores remotos reportan mayor compromiso cuando tienen autonomía. Pero OJO, también existe una mayor sensación de aislamiento cuando no hay un marco claro. Por eso, autonomía no es “cada uno hace lo que quiere”: necesita estar balanceada con los otros pilares (competencia, relación) y con claridad, propósito y comunicación de parte de los líderes.


Beneficios para tu negocio

Hablar de autonomía es dejar de lado tu ego para hablar de resultados concretos:

  • Mayor innovación: porque la seguridad psicológica potencia la creatividad hasta en un 47%.
  • Mejor engagement: más compromiso significa menos rotación y más estabilidad. Pagar más a tu gente, menos en scouting.
  • Velocidad y agilidad: cuando los equipos deciden rápido, los entregables salen antes y suelen ser mejores.
  • Resiliencia organizacional: equipos autónomos resisten mejor los cambios y la incertidumbre.

Las empresas que lo aplican, ya lo demostraron. Solo me bastan 2 ejemplos que hablan muy fuerte:

  • Google, con su modelo SRE, da propiedad sobre la confiabilidad a los equipos, pero con objetivos claros de servicio.
  • Spotify y su modelo Squad, que descentralizó la innovación en células autónomas.

No es casualidad que ambas sean referentes de cultura organizacional. Y sinceramente, yo misma, como heavy user de sus productos, siento esa coherencia desde afuera.


Beneficios para vos como líder

No te voy a mentir: intento hacer lo posible por «encarnar» un liderazgo transformacional, pero también me choca en lo personal. Por ejemplo, a mí me toca el ego admitir que no sé algo. Entonces, a veces la claridad está justamente en eso: en admitir que “no tengo certeza de que vaya a funcionar, pero creo que es lo mejor que podemos hacer con los recursos que tenemos”.

También hay momentos en que, frente a las urgencias, no queda otra que hacer lo que dijimos que había que hacer, cumplir un plazo, aunque no esté 100% convencida de que sea la mejor opción. Y eso duele, porque sentís que estás dejando de lado la creatividad para cumplir. Pero también entiendo que la mayoría puede haber decidido ese camino por razones igual de válidas.

Y sí, muchas veces, autonomía significa decirle a un colaborador: “prove me wrong. Yo no creo que tu forma sea mejor, pero tampoco tengo data que respalde mi opinión, y vos sos quien lo va a ejecutar. Así que probalo”. Para mí ese es un acto de vulnerabilidad enorme. También una apuesta de confianza.

Lo curioso es que, cuando lo hacés, el equipo te sorprende. Y ahí entendés que tu rol no es controlar, sino crear condiciones para que la excelencia emerja.


Beneficios para tu equipo

Desde el enfoque humanista, la autonomía es un regalo enorme para tus colaboradores:

  • Les da sentido de propiedad.
  • Los ayuda a conectar su trabajo con un propósito.
  • Les da libertad de explorar y aprender.
  • Refuerza la confianza en sí mismos y en el equipo.
  • Los prepara para ser futuros líderes.

Al final, cada workshop, cada certificación financiada, cada decisión que se animan a tomar por sí mismos, no solo generan resultados hoy, sino que también están construyendo la cultura de mañana.


El marco CLARITY & AUTONOMY

Me gusta resumirlo así: la claridad representa el QUÉ, la autonomía es el CÓMO.

  • Claridad:
    • ¿Por qué estamos haciendo esto?
    • ¿Qué exactamente necesitamos lograr?
    • ¿Para cuándo – y por qué para esa fecha?
    • ¿Quién tiene que estar involucrado y por qué?
  • Autonomía:
    • el equipo define los métodos
    • deciden las herramientas a utilizar
    • definen el método y la dinámica
    • negocian el medio del entregable
    • negocian fechas en función de la plena conciencia en el impacto de sus otros trabajos pendientes

Este equilibrio es el que convierte la autonomía en poder real, sino lo que experimentamos es caos y estrés disfrazados de libertad.

La autonomía no es abandono. No es laissez faire, laissez passer. Es confianza, claridad y propósito compartidos. Es un viaje continuo, lleno de desafíos, pero también de logros que te llenan de un orgullo compartido.

Y si me preguntás por qué vale la pena, la respuesta es muy simple: porque transforma todo. Mejora los resultados de negocio, te transforma como líder y enriquece la vida de quienes trabajan con vos.

La pregunta que te dejo es simple:
👉 ¿Qué podrías hacer esta semana para dar más autonomía a tu equipo a través de la claridad?

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